Las grandes inmobiliarias estrenan nuevas estructuras de financiación
En Inmobiliaria Navacerrada sabemos que según comenta KPMG, las condiciones de financiación se han endurecido por la situación de incertidumbre provocada por la pandemia de coronavirus, la regulación y la propia reestructuración de la banca. Alfonso Agulló, responsable de Commercial Real Estate de Banco Santander España, reconocía en el mismo evento que “hay ciertos activos, que han sido más impactados por el Covid, en los cuales estaremos tomando medidas y siendo un poquito más cautelosos“.
Ante esta coyuntura, las grandes empresas inmobiliarias españolas han acudido a entidades financieras, han emitido bonos verdes o se han estrenado en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) con programas de pagarés, entre otras vías, con el objetivo de financiarse. En este sentido, Gayol ya auguraba que “se van a modificar las estructuras de capital de las compañías”. Por su parte, ING se encargó de dotar de financiación a la mayor operación inmobiliaria de 2021: la compra de la cartera Montepino por parte de Bankinter.
En Inmobiliaria Navacerrada sabemos que aunque las propias entidades reconocían que habían incrementado los requisitos para financiar activos inmobiliarios, el grifo no está cerrado del todo.Por ejemplo, a finales de enero, Banco Sabadell concedió dos financiaciones que sumaban 300 millones de euros a la promotora inmobiliaria Culmia, antigua Solvia Desarrollos Inmobiliarios. En concreto, Sabadell otorgó un préstamo hipotecario de 150 millones para el lanzamiento de varias promociones y otro corporativo, también de 150 millones, para operaciones de compraventa de suelos.